Empezamos la época del año en que mas se alocan los delirios consumistas. Con la excusa de las fiestas navideñas hay que hacer regalos a quien no vemos mas que una vez al año. Comilonas en familia. Vomitonas con los seres que nos han tocado en suerte compartir lazos sanguíneos. Por suerte yo no tengo que sufrir a la mía; hace años que no nos reunimos ni en estas fechas tan tra(dic)ionales para ello.
Sufriré, eso si, la de empresa. Por lo menos esa me sale gratis.
Feliz vanidad y prospero paripé a tod@s.
Quizá recuerde usted el haiku:
ResponderEliminarPor Navidad,
a ver qué tal envuelves
la realidad.
En papel de plata para que no se estropee.
ResponderEliminarBienvenido Al, te echaba de menos por aquí.
Cómo me gustaría tener una máquina del tiempo para entrar en ella el 10 de diciembre y salir... ¡tachán! el 10 de enero. Lamentablemente no hay manera de escapar de tan deleznables fechas.
ResponderEliminarSuerte con el blog.